La artrosis de rodilla es una enfermedad crónica que afecta a las articulaciones inferiores. Generalmente, está localizada en las rodillas, la cadera o bien la columna vertebral. La artrosis provoca dolor, inflamación y también impide que se puedan efectuar con normalidad ciertos movimientos tan rutinarios como subir escaleras o pasear.
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La artrosis de rodilla es el tipo más conocido de artrosis. Dentro de España la padecen el 10% de la población.
¿En qué consisten nuestros servicios para artrosis de rodilla?
- Período agudo: crioterapia y contracción estática del cuádriceps.
- Período subagudo: contracciones isométricas del cuádriceps y el resto de músculos de la rodilla. Movilizaciones autoactivas y activa asistida, postura progresivas de reducción de fléxum, marcha con buena estabilidad e hidroterapia.
- Período de remisión: termoterapia, electroterapia, masoterapia muscular, movilizaciones activas, hidroterapia, fortalecimiento muscular, reeducación de marcha y ergoterapia.
Tipos de artrosis de rodilla
- Artrosis de rodilla primaria: está muy relacionada con el envejecimiento y con la genética, y va ligada al desgaste de las distintas partes que forman la rodilla.
- Artrosis de rodilla secundaria: suele producirse a causa de una lesión anterior, como una fractura o una lesión de tendones. Afecta a atletas y personas con sobrepeso.
Principales causas de la artrosis de rodilla
- Edad: aumenta de forma exponencial desde los cincuenta años.
- Sexo: mujeres mayores de 50 años.
- Genética: puede ser asimismo una enfermedad hereditaria.
- Actividad laboral: la reiteración de los movimientos articulares puede llevar a la sobrecarga articular.
- Actividad física elevada: los atletas de élite tienen mayor peligro de desarrollar la enfermedad.
- Menopausia: los niveles bajos de estrógenos de la menopausia son factores de peligro para su desarrollo.
- Obesidad: puede agudizarla en ciertas articulaciones como las rodillas.
- Traumatismos: fracturas y lesiones pueden ser un factor desencadenante.
¿Cuales son los síntomas más frecuentes de la artrosis de rodilla?
La artrosis de rodilla provoca el deterioro del cartílago articular provocando que los huesos se vayan desgastando y aparezca el dolor. Conforme el cartílago va desapareciendo, el hueso reacciona y medra por los lados (osteofitos) generando la deformación de la articulación.
Las manifestaciones de la artrosis son de lo más variadas, progresivas y dilatadas en el tiempo. Los síntomas más habituales son el dolor articular, la restricción de movimientos, crujidos y derrame articular. Además ciertas personas pueden presentar rigidez y deformidad articular.
El síntoma que más preocupa a las personas con artrosis es el dolor. En un primer estadio, este se desencadena cuando se mueve o se efectúa un esfuerzo en la articulación. Normalmente este dolor cesa con reposo. Más tarde, el empeoramiento de la artrosis va a hacer que el dolor aparezca tanto con el movimiento, como con el reposo.
El dolor artrósico no se manifiesta constantemente, por lo que los pacientes pueden estar largos periodos de tiempo sin sufrir dolor, lo que no quiere decir que la artrosis no prosiga su evolución.
¿Cómo se realiza un diagnóstico para la artrosis de rodilla?
Conforme explican desde la Sociedad De España de Reumatología (SER), el diagnóstico de la artrosis de rodilla se efectúa a través de una entrevista clínica.
Hay algunas pruebas que asisten al especialista a llenar el estudio. A través de una radiografía el médico puede distinguir los osteofitos, el pinzamiento del cartílago, las geodas subcondrales y la minoración asimétrica del espacio articular, síntomas claros de la artrosis.
Otras pruebas que se pueden emplear en casos inusuales son la TC y la resonancia imantada cuando el médico tenga dudas sobre el origen del proceso o esté estudiando de forma complementaria otros inconvenientes, como una extrusión discal en una espondiloartrosis o bien la ruptura meniscal en una gonartrosis.
Finalmente, la ecografía de alta resolución se ha incorporado como una herramienta diagnóstica muy eficiente ya que revela las partes blandas que rodean la articulación, como si hay inflamación o lesión en alguna de ellas para distinguir si el perfil del hueso se altera.
Objetivo del tratamiento para artrosis de rodilla
El objetivo principal del tratamiento en la artrosis de rodilla es disminuir el dolor y la incapacidad funcional sin provocar efectos secundarios.
Para lograrlo, desde la SER insisten en que el paso inicial que deben dar los especialistas es instruir a los pacientes a eludir todo cuanto contribuye a lesionar las articulaciones como el sobrepeso, los movimientos repetitivos, actitudes inapropiadas en el trabajo, el calzado, etcétera.
Finalmente, desde la SER apuntan que el reumatólogo va a decidir el tratamiento farmacológico conveniente para cada caso:
- Antiinflamatorios y/o calmantes
En la fase más aguda, el dolor aumenta mucho a raíz de la inflamación de la zona perjudicada. Llegados aquí, puede ser precisa la prescripción facultativa de antiinflamatorios y/o calmantes para reducir la hinchazón de la zona y de este modo aliviar el dolor.
- Fármacos condroprotectores
Son los únicos fármacos concretos para tratar la artrosis en un largo plazo por el hecho de que actúan de forma directa sobre la articulación perjudicada. No solo calman el dolor y mejoran la movilidad, sino que tienen capacidad para atacar la enfermedad de raíz, ralentizando el deterioro de la articulación.